Inicio Acerca de Ingreso Sin categoría A treinta y cuatro años de un sueño llamado InSTEC

Próximamente el Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (InSTEC) cumplirá treinta cuatros años de creado. En ese tiempo ha graduado más de 1301 profesionales en las diferentes especialidades, así como también 905 másteres y otros tantos doctores.

Los inicios de esta institución se remontan al 9 de Marzo de 1981 fecha en que fue concebida la entonces Facultad de Ciencias y Tecnologías Nucleares, como una de las estructuras docentes de la Universidad de la Habana, a propuesta de la Secretaría Ejecutiva de Asuntos Nucleares. Su objetivo inicial fue el de unificar los recursos y esfuerzos destinados a la formación de profesionales para la rama nuclear en el país, comenzando a desarrollarse en su trabajo con alumnos de tercer, cuarto y quinto año de las especialidades de Energética y Física Matemática procedentes del ISPJAE y la Universidad de la Habana, respectivamente.

 

Con posterioridad, específicamente el 23 de Julio de 1987 por resolución del Consejo de Ministros dejó de funcionar como facultad y comenzó a funcionar como Instituto Nacional de Tecnologías y Ciencias Aplicadas, siempre con la misión clara de formar profesionales integrales acorde a las exigencias de estos tiempos.

Paralelamente con la formación académica de pre y posgrado y la superación incesante de los profesionales universitarios, brinda servicios científicos-técnicos y de consultoría a proyectos asociados a programas priorizados. Actualmente la cifra de proyectos en los cuales participa de algún modo la entidad asciende a veintiuno. Amén de presentar resultados de excelencia tanto en su gestión docente e investigativa el centro enarbola como principal estrategia un sistema de gestión eficaz capaz de motivar a trabajadores y estudiantes. A todo ello se suman aspectos cardinales en la formación de un profesional revolucionario y con una alta cuota de compromiso social como son la educación patriótico-militar y la concientización de la necesidad de crear condiciones para lograr en Cuba el desarrollo de un socialismo sostenible.

Esta institución ha sido heredera y continuadora de historias insospechables, aún no muy conocidas por todos. De hecho su asentamiento se localiza en la otrora Quinta de los Molinos, y esta se hace llamar así a causa de la antigua existencia de 2 molinos utilizados para moler tabaco y obtener rapé, de mucha demanda a finales del siglo XVIII en toda Europa. Luego se fundó en este lugar el Jardín Botánico de la Habana, conocido como Jardín de Tacón, sitio de referencia importante en el Sistema Mundial de Jardines Botánicos, además de ser el núcleo del cual se partió para buscar el desarrollo acelerado de la colecta botánica en el país, dentro de sus áreas Álvaro Reinoso realizó muchos de sus experimentos.

Ya para 1906 este jardín fue inscrito como: Residencia del Generalísimo Máximo Gómez y del Ejército Libertador. Posteriormente, a principios de siglo se creó allí la primera escuela pública de la zona, que pasó en 1907, a la Universidad de la Habana como la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Química Azucarera, status que mantuvo hasta unos años después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959. Pero la Quinta de los Molinos y en especial nuestras instalaciones estuvieron estrechamente vinculadas con todas las acciones revolucionarias realizadas en este lugar en el período de la república neocolonial. Estos bellos parajes de edificaciones deslumbrantes fueron también mudos testigos del bregar revolucionario de Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Pablo de la Torriente Brau, Juan Marinello, y en general todos los participantes de la protesta de los 13. Además, fue uno de los sitios de entrenamiento militar de los asaltantes al Cuartel Moncada. En sus aulas estudió Ingeniería Agrónoma Fructuoso Rodríguez, destacado líder estudiantil y segundo jefe de la FEU en tiempos en los que fungió como presidente José Antonio Echeverría.

Tal vez sea por paradoja o quizás por coincidencias de la vida, pero tal parece que la historia del asentamiento aclamaba la existencia de esta noble institución cuyo paradigma es lograr la excelencia de su colectivo de profesores y alumnos.